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Una revisión de #Genius: Einstein (Capítulo 3)

A finales del siglo XIX, los tubos de rayos catódicos se convirtieron en instrumentos muy comunes en los laboratorios de Física. Estos tubos consistían en un cilindro de vidrio con electrodos en su interior para crear una corriente, y todo ello al vacío, es decir, sin aire o el mínimo posible que se pudiera alcanzar en la época. Esto producía un brillo fluorescente conocido como rayos catódicos y se convirtió en un campo de investigación muy importante.


Varios premios Nobel están directamente relacionados con el uso de tubo de rayos catódicos. Precisamente el episodio 3 de Genius abre con Wilhelm Röntgen descubriendo los rayos X. Los llamó así porque no sabía realmente de qué se trataba, por lo que lo dejó en una incógnita (X). Por tal descubrimiento fue galardonado, en 1901, con el Premio Nobel de Física. Por razones éticas, como pasaría más tarde con el matrimonio Curie, rechazó registrar cualquier patente relacionada con su descubrimiento.

Los rayos X son de naturaleza electromagnética y en el espectro se encuentran entre los rayos ultravioleta (UV) y los rayos gamma (γ), radiaciones de alta energía. Röntgen los descubrió cubriendo el tubo con una funda negra para crear un ambiente de oscuridad, pero que producía un resplandor fluorescente en una placa metálica que había cerca. Determinó que se trataba de una nueva radiación invisible y muy penetrante. De ahí surgió la primera radiografía de la historia en la que se ve los huesos de la mano de su esposa con el anillo de casados.


La primera radiografía de la historia (Wikipedia).


Röntgen fue el primer Premio Nobel de Física de la Historia, algo que molestó a Philipp Lenard, que se va perfilando como el “malo” de la serie, y pone en jaque incluso a la Academia de Prusiana de las Ciencias. A pesar de su temperamento e inclinaciones políticas, Lenard fue un científico experimental incuestionable, abriendo nuevos campos de investigación en Física. Probablemente Röntgen no hubiera descubierto los rayos X sin las mejoras que introdujo Lenard en los tubos de rayos catódicos.

National Geographic.

 

Al recién graduado Einstein no le importa nada los Nobel, sólo quiere encontrar un puesto como profesor. Apenas puede pagar su deteriorado apartamento y recorre Suiza de una entrevista a otra, aunque todo en vano. Se ha corrido la voz sobre su insolencia y lo rechazan de todos los lugares donde busca trabajo. Unos amigos le hablan acerca de una vacante en la Oficina de Patentes de Berna, pero Einstein lo rechaza: «Soy científico […] no un oficinista». Mientras tanto, Mileva se encuentra en Serbia con sus padres y está embarazada de su primer hijo.

Las tensiones derivadas del capítulo anterior entre Einstein y Mileva se trasladan a las familias de ambos. Einstein, tirando de analogías físicas dice «Me siento atraído por ella desde que la vi […] pero a la vez siento una fuerza contraria que tira hacia abajo […] y me preocupa que si me caso con ella nunca despegaré».

Tras no recibir apoyo económico de su madre, Einstein decide dar clases particulares de Matemáticas y Física de forma temporal, lo que da lugar a una escena divertida en la que habla a un niño sobre el éter y éste solo se preocupa por la religión y la circuncisión de su profesor.

También se une a un par de ricos benefactores a lo que llaman la Academia Olimpia, para discutir sobre filosofía y ciencia en un dorado y pomposo salón. Einstein les habla acerca de las ondas sonoras y su mejor propagación en medios más densos. Y sobre la luz, que también es una onda, pero queda extrañado al bloquearla si se pone una mano delante. Claramente está poniendo los cimientos de la explicación teórica que daría más adelante sobre el efecto fotoeléctrico, demostrando que la luz, además de las propiedades propias de una onda, también poseía propiedades de partículas. Como en los episodios anteriores, el espectáculo cobra realmente vida al insertar magníficos efectos especiales cuando Einstein se centra en explicar los fenómenos científicos.


National Geographic.

Casi de forma simultánea se suceden dos hechos trágicos que sacudirán la vida de los protagonistas. Finalmente, Einstein decide que es hora de asumir algunas responsabilidades en su vida y acepta el trabajo en la Oficina de Patentes. A pesar de que es un lugar que puede inspirarle, rodeado de nuevos inventos, teme que solo sea un trabajo de escritorio.

FUENTES
·Acín, A. y Acín, E. (2016). El efecto fotoeléctrico. En Persiguiendo a Einstein (117-119). Materia. Descubrir la ciencia.
·Assmus, A. (1995). Early history of X rays. Beam Line, 25(2), 10-24.
·Blanco Laserna, D. (2012). Las escalas del mundo. En Einstein. El espacio es una cuestión de tiempo (123-154). National Geographic.
·Tomé López, C. (2015). El tubo de rayos catódicos, auge y caída de una pieza clave del siglo XX. Cuaderno de Cultura Científica. Sitio web: https://culturacientifica.com/2015/06/30/el-tubo-de-rayos-catodicos-auge-y-caida-de-una-pieza-clave-del-siglo-xx/




*Esta entrada forma parte del especial "Una revisión de Genius: Einstein".
*Todas las imágenes de la serie son extraídas de http://channel.nationalgeographic.com/genius.

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