En
el año 1911, el químico belga Ernest Solvay reunió a los más grandes
científicos de la época para celebrar lo que luego pasaría a la posteridad como
los congresos Solvay. Como la disciplina científica que prevalecía en aquel
momento era la Física, era lógico que la mayoría de los asistentes fueran
físicos y matemáticos. Entre los veinticuatro científicos se encontraba solo
una mujer, Marie Curie, y allí conoció a Albert Einstein.
En
aquel momento, Francia se hallaba sumergida en una espiral de sexismo,
xenofobia y antisemitismo que definieron los años previos a la Primera Guerra
Mundial. La candidatura de Marie Curie para ser miembro de la Academia Francesa
de Ciencias fue rechazada, y muchos sospecharon que los sesgos en contra de su
género y sus raíces extranjeras tenían la culpa. Además, salió a la luz rumores
sobre una relación con el también físico Paul Langevin, separado de su esposa.
Esta entrada forma parte del especial «10 Cosas que hay que saber sobre Marie Curie».
Marie Curie y Albert Einstein se conocieron en el I Congreso Solvay en 1911 (Fuente). |
Curie fue etiquetada de traidora y doméstica, y fue acusada de vivir bajo los faldones de su marido Pierre ―fallecido en 1906 en un accidente de tráfico― en lugar de reconocerle sus propios méritos. Aunque finalmente consiguió su segundo Premio Nobel, el comité de nominaciones procuró convencerla para que no viajara a Estocolmo para aceptar el premio a fin de evitar un escándalo. Con su vida personal y profesional un tanto desordenada, Marie Curie se hundió en una profunda depresión y se retiró lo mejor que pudo del ojo público.
Albert
Einstein nunca ocultó su quedó respeto y admiración por Marie Curie. « Me
siento impulsado a decirle lo mucho que he llegado a admirar su intelecto, su
impulso y su honestidad, y que me considero afortunado de que tengamos amistad
personal» llegó a escribirle. E incluso salió en su defensa cuando se vio
envuelta en ese frenesí mediático ajeno a motivos científicos. En una carta
escrita por Einstein en Praga, archivada en la Biblioteca de Medicina de
Countway, en la Universidad de Harvard, insta a Marie Curie a «despreciar a la
chusma» por sus ataques y la anima a «simplemente dejar de leer ese alboroto y
déjalo en manos de las víboras que la han fabricado.»
Ambos mantuvieron una relación tanto profesional como personal (Fuente). |
No
cabe duda de que la amabilidad mostrada por su respetado colega fue alentadora.
Muy pronto, ella se recuperó, resurgió y, a pesar de la postración,
valientemente fue a Estocolmo para aceptar su segundo Premio Nobel.
Esta entrada forma parte del especial «10 Cosas que hay que saber sobre Marie Curie».
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