Ir al contenido principal

Se ha escrito un crimen... con nicotina



El asesinato de Gustave Fougnies en 1850, en Bélgica, no fue famoso por la astucia de sus asesinos, de ningún modo. No fue famoso por ser un clásico asesinato en la alta sociedad, ya que los asesinos eran los apuestos, y profundamente endeudados, conde y condesa de Bocarmé. Tampoco es recordado porque el Conde murió en la guillotina, porque muchos lo hicieron al fin y al cabo.

Nada de eso. Fue un crimen famoso debido al empleo de un veneno especialmente letal. Y porque su resolución, en particular, cambió la historia de la toxicología, ayudó a sentar las bases de la ciencia forense moderna. El veneno, por cierto, fue el alcaloide vegetal nicotina. Y en aquel momento nadie, absolutamente nadie, sabía cómo detectar un alcaloide en un cadáver.

Retrato de los Condes de Bocarmé.

Hoy conocemos mejor la nicotina, sobre todo por la alta adicción que provoca, razón por la cual tantas personas tienen dificultades para dejar de fumar, a pesar de que el hábito está vinculado de forma concluyente a trastornos que van desde enfermedades cardíacas hasta cáncer de pulmón. El compuesto tiene un efecto tan potente en el cerebro que algunos investigadores han sugerido que incluso ofrece una alternativa a drogas más fuertes. Otros se han preguntado si esa potencia de alguna manera podría ser aprovechada como tratamiento para trastornos como el Alzheimer o la depresión, aunque su naturaleza adictiva complica tal enfoque.

Pero en el siglo XIX, lo que la gente sabía era que la nicotina era un compuesto letal. El tabaco, una planta nativa de las Américas, había llamado la atención de los europeos durante el siglo XVI. Uno de sus más firmes defensores fue Jean Nicot de Villemain, el embajador de Francia en Portugal, que adquirió las plantas y semillas de la colonia portuguesa en Brasil y promovió su uso durante la década de 1560. La planta del tabaco, Nicotiana tabacum, lleva su nombre, al igual que alcaloide principal de la planta.

Hojas de Nicotiana tabacum, la planta del tabaco.

La nicotina fue aislada de las hojas de tabaco en 1828 por dos químicos alemanes, H. W. Posselt y K.L. Reinmann. Su estructura se determinó en 1893 y se sintetizó por primera vez en 1904. Pero ¿de qué está hecha la nicotina? Pues de tres de los elementos más comunes en la Tierra - de carbono, nitrógeno e hidrógeno - y esto es una de las cosas que más me fascina de la química: la forma en que la naturaleza mezcla los elementos comunes del planeta para llegar al efecto deseado. La fórmula de la nicotina es un simple C14H10N2, lo que, por supuesto, subestima su complejidad.

Molécula de nicotina.

Y es que este elegante arreglo es lo que convierte a la nicotina en un veneno tan eficaz. Se mueve a través del torrente sanguíneo a una velocidad excepcional y cuando se inhala, viaja desde los pulmones al cerebro en solo siete segundos. Los toxicólogos estiman que un cigarrillo completo proporciona a los pulmones aproximadamente 1 mg de nicotina (la dosis letal está entre 30 y 60 mg; para mayor comparación, el intervalo de dosis letal para el arsénico es 70-200 mg). Los órganos diana son los sistemas nerviosos central y periférico.

Lo que sí sabían en el s. XVIII es que la nicotina era un veneno que mataba por igual a humanos y a animales e incluso se había popularizado como insecticida. Y lo que hoy sabemos de envenenamientos se debe en gran parte a lo que se aprendió de este asesinato hace más de 150 años. Fue con la ayuda, por supuesto, de un químico, llamado Servais Stas.

El químico Servais Stas.

Hippolyte era descendiente de la noble familia belga Visart de Bocarmé. En 1843 se casó con Lydia Fougnies, hija de un boticario rico. Ambos disfrutaban de un estilo de vida extravagante y por encima de sus posibilidades. Lo hacían porque contaban con la herencia del padre de ella una vez muriera, pero éste dejó casi todo su dinero a su hijo Gustave, que no gozaba de buena salud. Aunque la pareja seguía con expectativas, su impaciencia crecía, más aún cuando recibieron la noticia de que Gustave iba a casarse. Y entonces conspiraron para matarlo.

El conde de Bocarmé era aficionado a la Química, incluso había construido un laboratorio, en un principio, para hacer cerveza y perfumes. Poco antes del asesinato había comprado una gran cantidad de hojas de tabaco que almacenaba en un granero, de las cuales extrajo nicotina suficiente para asegurarse la muerte de Gustave. Los investigadores descubrirían más tarde los cuerpos de gatos y aves de granja que al parecer había usado para probar el veneno. Si uno pasa algún tiempo estudiando envenenadores, se aprende que son planificadores y pacientes por naturaleza.

En la noche del 20 de noviembre de 1850, los condes de Bocarmé invitaron a Gustave Fougnies a una cena. Como los siervos declararon posteriormente, desde el principio todo fue muy extraño, incluso la Condesa insistió en servir la comida ella misma. Al poco de empezar la cena, su hermano cayó desplomado al suelo. Los asesinos se apresuraron a borrar pruebas y afirmaron que había sufrido una apoplejía.

Ilustración de la época que simula el
asesinato de Gustave Fougnies.

La investigación llevó a la policía a sospechar que Fougnies había sido envenenado, aunque no con nicotina. Al comienzo del siglo XIX, no había formas de detectar veneno en un cadáver. En la década de 1830, el químico británico James Marsh había desarrollado el primer método para detectar arsénico en un cuerpo, pero la prueba de Marsh requería que el tejido fuese destruido y, como se vio después, ese método también destruía los alcaloides, entre ellos, la nicotina.

El magistrado decidió llevar su problema a Jean Servais Stas, el mejor químico del país. Stas había adquirido fama internacional determinando los pesos atómicos de los elementos con una precisión sin precedentes. Se retiró a su laboratorio de Bruselas con los tejidos de órganos del cuerpo de Fougnies y comenzó una serie de experimentos que duró tres meses completos. Después de todo, los químicos también pueden ser pacientes. En ese período de tiempo, se las arregló para desarrollar un método que le permitió extraer el líquido aceitoso de la nicotina de los tejidos. Su enfoque ha sido actualizado desde entonces, pero el método Stas-Otto sigue siendo una parte fundamental de la toxicología en la actualidad.

No es de extrañar entonces que el conde de Bocarmé fuera declarado culpable y ejecutado el 19 de julio de 1851. Su última petición fue una muerte limpia: pidió una cuchilla muy afilada. Su esposa, Lydie, afirmó que había actuado únicamente por miedo a su marido y fue declarada no culpable (nada sorprendente ¿verdad?). Este caso rompió una de las barreras más grandes de la toxicología y ayudó a sentar las bases para la profesión de Química Forense que hoy conocemos.


Por Jesús @JGilMunoz 

FUENTES


Esta entrada forma parte del especial de Radical Barbatilo "El lado oscuro de la Química" y participa en el LII Carnaval de la Química albergado en el blog El Celuloide de Avogadro.

Comentarios

  1. En línea ascendente como presumía. Una de cigarrillos por favor... Si las dos anteriores os subyugaron, está no le irá a la saga. Los fundamentos científicos de por qué mata la nicotina al alcance de todos. Genial

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La muerte de la generación espontánea

Entre los numerosos interrogantes que los científicos y pensadores se plantearon a lo largo de la Historia, el origen de los organismos que los rodeaban tuvo un papel central. Ante la ausencia de un mecanismo claro que explicara la continua aparición de nuevos animales, muchos se volcaron hacia la llamada generación espontánea, descrita ya por Aristóteles en el siglo IV a.C. y admitida por pensadores como Newton, Bacon o Descartes. Esta teoría sostenía que ciertas formas de vida podían surgir de manera espontánea a partir de materia no viva. Es así como se explicaba que de un trozo de carne descompuesta apareciesen larvas de mosca o ratones de la basura. La idea se mantuvo durante cientos de años. En el s. XVII, el médico holandés Van Helmont publicó "Ortus Medicinae", en el que describía recetas para generar vida (ratones, concretamente). No fue hasta finales del siglo XVII cuando Francesco Redi y, más tarde, Lazzaro Spallanzzani empezaron a rebatir la teoría

Símbolos de elementos químicos que ya nadie usa

Seguramente usted esté familiarizado con los símbolos de los elementos que aparecen en la tabla periódica, los cuales están estandarizados por la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) para un uso internacional. Cuando un científico cree que ha descubierto un elemento nuevo, por lo general, lo anuncia con un nombre y símbolo nuevos. Además, puede que en libros antiguos de texto o revistas de otros países incluyeran elementos que más tarde fueron cambiados de nombre y símbolo una vez que apareció una lista oficial. En la siguiente tabla se presenta una relación de símbolos  y nombres de elementos que cayeron en desuso pero una vez tuvieron un lugar en la Química. Símbolo Elemento Observaciones A Argón Ahora Ar. Ab Alabamina Nombre dado al falso descubrimiento del elemento astato (At). Ad Aldebaranio Nombre antiguo del Iterbio (Yb). Am Alabamio El alabamio es el nombre

La rosa de «La Bella y la Bestia»

L a rosa roja tiene una larga historia. Su simbolismo se ha asociado con el amor y sus diosas Afrodita y Venus, con la Virgen María e incluso con una política progresista, aunque no mucho en los últimos tiempos, al menos en España. Es la rosa más elegida el día de San Valentín, pero una vez cortada, si se cuida bien, dura solo unos pocos de días, muy lejos de los años que se supone que perduró la rosa encantada de “La Bella y la Bestia”.

El Eco científico de "El nombre de la rosa"

S iguiendo en mi línea de escribir al son de mis inquietudes, me gustaría compartir con ustedes algo que se me ha ocurrido en los últimos días. Os cuento: El pasado 19 de febrero falleció el escritor italiano Umberto Eco e inmediatamente mi padre me invitó a leer “El nombre de la rosa”, para muchos, su obra cumbre. Ya había tenido la oportunidad de leerle con “El cementerio de Praga”, el cual me gustó mucho. Quizá porque la historia está ambientada en la segunda mitad del siglo XIX, una época en la que Europa era un hervidero. El protagonista asiste a momentos históricos como la unificación de Italia o el fin del Segundo Imperio Francés y aparecen personajes reales de la talla de Giuseppe Garibaldi, Sigmund Freud o Alejandro Dumas, algo que suele atrapar y ayuda a entender muchas cosas al leer una novela de Historia.

¿Cómo se forman las huellas dactilares?

L as impresiones dejadas por las yemas de los dedos en cualquier superficie se conocen como huellas dactilares latentes. La combinación de sudor con aceites corporales procedente de diferentes glándulas de la piel propicia la impronta que cualquier investigador forense desea encontrar para aplicar sus polvos y productos químicos. A pesar del desarrollo de perfiles de ADN para la investigación criminal, las huellas dactilares siguen siendo el tipo más común de evidencia que se recupera de una escena del crimen.

El fuego como primera arma química

El uso de agentes químicos para hacer daño es de origen tan incierto como incierto es el origen del hombre. Sí podemos afirmar sin temor a equivocarnos que se adentra allá por la noche de los tiempos. Aunque, por situarlo en algún momento, lo haríamos prácticamente al unísono con el descubrimiento y manipulación del fuego. Su posterior dominio fue un punto de inflexión en la evolución cultural humana , pues permitió que los seres humanos proliferaran debido a la incorporación de la absorción de las proteínas y los hidratos de carbono mediante la cocción, la actividad humana en horas nocturnas y la protección ante los depredadores. El fuego supone también una conquista importantísima para el desarrollo de la vida social: en las veladas alrededor de una fogata se reforzaban los lazos familiares y tribales y se estimulaba el intercambio de experiencias y la transmisión del patrimonio cultural del grupo, los prolegómenos de las redes sociales en su estado más primitivo . El

Hundir la Flota Periódica

  ►OBJETIVOS: Aprender a ubicar los elementos de la Tabla Periódica, poniendo en práctica principalmente los conceptos de grupo y período como coordenadas a través del legendario juego “Hundir la flota”.  ►DIRIGIDO A: Alumnado de cualquier curso de la ESO o Bachillerato. ►DESCRIPCIÓN: La actividad consiste en colocar tu propia flota de forma estratégica y tratar de encontrar y hundir la flota enemiga. Cada jugador dispone de dos Tablas Periódicas como cuadrícula que ocultará al otro jugador: en una debes colocar tus barcos y en la otra debes ir anotando los resultados de los disparos que realizas en cada turno. Cada jugador debe colocar en su Tabla Periódica los siguientes barcos en posición horizontal o vertical: 1 barco que ocupe cuatro elementos;  2 barcos que ocupen tres elementos; 3 barcos que ocupen dos elementos; 4 barcos que ocupen un elemento. Los barcos se tienen que colocar de manera que siempre debe haber un elemento en blanco alrededor. Sí pueden colocarse junto a los bord

El incienso y la mirra más allá de los Reyes Magos

Automáticamente cuando escuchamos incienso o mirra pensamos en los Reyes Magos, o en la Biblia, donde hay varios pasajes en los que se nombran. Junto con el oro, eran los regalos que dichos Reyes entregaron a Jesús al nacer (Mateo 2:1-12). Quizá hoy en día, no le damos al incienso y a la mirra la valía de antaño. Para civilizaciones antiguas como la egipcia, griega o romana tenían un valor inestimable. No solo se usaban para fines religiosos y espirituales, también para aplicaciones farmacológicas. Probablemente, el uso de incienso y mirra era un signo de prosperidad. Su comercio, durante más de 5.000 años, generó en Oriente Próximo un gran bienestar económico , tal vez comparable al actual con la producción de petróleo. Oro, incienso y mirra. Se cree que babilonios y asirios quemaban incienso y mirra durante las ceremonias religiosas. Los antiguos egipcios compraron barcos cargados de estas resinas a los fenicios, utilizándolas como aromáticos, repelente de insectos, pe

Sudoku Químico

►OBJETIVOS: Conocer o repasar cómo se clasifican los elementos de la Tabla Periódica, poniendo en práctica los conceptos de número atómico, grupo y período, así como los nombres y símbolos de cada uno de ellos y algunos de sus usos y aplicaciones. Todo ello a través de sudokus, con los que se estimula la lógica, se trabaja la memoria, favorece el razonamiento y aumenta la capacidad de atención.  ►DIRIGIDO A: Alumnado de cualquier curso de la ESO o Bachillerato. El nivel de todos los sudokus es MUY FÁCIL. ►DESCRIPCIÓN: La actividad consiste en realizar sudokus 9x9 a través de símbolos de elementos químicos en lugar de números. Cada sudoku corresponderá a un grupo determinado de la Tabla Periódica. Como en cada grupo hay, como máximo 7 elementos, se incluirán elementos intrusos que habrá que descubrir. En el caso de los grupos 3-12, los metales de transición, habrá una mezcla de ellos, sin atender a los grupos. En los sudokus aparecerán símbolos de elementos, así como sus números atómico

El origen de la pasteurización

Durante algún tiempo en el siglo XIX, la industria vinícola en Francia sufrió varios reveses, todos relacionados con enfermedades del vino, provocando un grave problema económico en el país. La Facultad de Ciencias de la Universidad de Lille se había creado, en parte, como medio para aplicar la Ciencia a los problemas de las industrias de la región. El primer Decano de esta Facultad fue Louis Pasteur, nombrado en 1854, quien se dedicó de forma inmediata a investigar el caso. El vino es un producto que se obtiene de la fermentación del mosto, un material rico en azúcares (mayoritariamente glucosa y fructosa) procedente de la trituración de la uva. En ese momento se creía que la fermentación era un proceso meramente químico, sin la intervención de algún tipo de microorganismo . Pero Pasteur desmintió esta creencia, de nuevo, con la ayuda del microscopio. Sus investigaciones le llevaron a demostrar que la fermentación es el resultado de la acción de levaduras, que transforman la g