Ir al contenido principal

Los guisantes olvidados del monje


Es muy común que un niño arrugue la nariz al encontrarse guisantes en el plato cuando va a comer, pero gracias al papel que estas pequeñas semillas han jugado en la historia de la genética, los científicos las tenemos en más alta estima. Trabajando en la soledad de un monasterio austriaco, un monje logró desentrañar los principios básicos de la herencia con un puñado de guisantes que él mismo obtenía de sus cultivos.

Hoy en día, Mendel es considerado como el padre de la Genética, pero su trabajo no provocó ninguna clase de revuelo en el mundo de la Ciencia como el logrado, por ejemplo, por su contemporáneo Charles Darwin, a pesar de haber publicado sus resultados poco después de la aparición de “El origen de las especies”.

Gregor Johann Mendel nació el 20 de Julio de 1822 en Heizendorf, una región del entonces Imperio Austríaco que ahora es parte de la República Checa. Creció en la granja familiar, donde trabajó como jardinero. Probó con la enseñanza e incluso estudió en la Universidad de Viena, donde destacó en Física, pero Mendel era, ante todo, monje a tiempo completo. Vivió en la abadía agustiniana de Brno (también ahora en la República Checa) desde 1843 hasta que falleció en 1884.


Abadía agustiniana de Brno (República Checa) donde vivió Mendel.

En torno a 1856 y a sugerencia del abad Napp, el padre superior, Mendel emprendió ciertos experimentos científicos sobre la herencia. En el siglo XIX, la herencia no se entendía bien y, en absoluto, existía el concepto de gen. Había una creencia generalizada de que los rasgos (ya sean de especies vegetales, animales o humanas) se transmitían a la descendencia como una mezcla de las características donadas por los padres, es decir, la hibridación de una planta alta y una planta baja daría como resultado una planta de tamaño medio. Esta idea entró en conflicto con lo que Mendel observó en muchas de las plantas de la abadía.

Mendel inició sus experimentos con la planta de los guisantes (Pisum sativum) de la huerta del monasterio. Esta planta presenta una serie de beneficios para los estudios que Mendel iba a abordar, ya que se reproduce y madura rápidamente y se pueden fertilizar fácilmente. Lo más importante es que presenta una gran variedad de rasgos físicos fácilmente observables: hojas, flor, longitud, color y forma de los guisantes…


Pisum sativum, la planta del guisante.

Durante ocho años aisló cada uno de los rasgos e hibridó las especies para señalar qué rasgos se transmitían de una generación a la siguiente. Utilizó plantas de guisantes que, dentro de un linaje, muestran sólo una característica física, como por ejemplo el color del guisante, durante muchas generaciones. Al observar que los guisantes se presentaban en dos colores distintos, verde (G, de green) y amarillo (Y, de yellow), dedujo que existían dos versiones de lo que él llamaba factor hereditario, en este caso del color, transmitidos por los padres a sus hijos, que recibían uno de cada progenitor. 

Para aclararnos: un guisante verde ha de tener dos copias de la versión G, por lo que decimos que es GG para el factor hereditario del color del guisante, habiendo recibido una G de cada uno de sus progenitores; sin embargo, los guisantes amarillos pueden producirse tanto de una combinación YY como de una YG, es decir, basta con tener una copia de la versión Y es suficiente para que el guisante sea amarillo (Y triunfa sobre G). 

Debido a que en el caso de YG, el símbolo Y domina al símbolo G, decimos que Y es “dominante” y determina el color amarillo; mientras que la versión subordinada del factor hereditario del color del guisante, G, se denomina “recesiva” y no influye en el color.


Para que el guisante sea amarillo basta con que haya una copia de la versión Y.

Esta investigación ajena a cualquier universidad y fuera de la vista de cualquier público, produjo resultados sorprendentes, que se pueden resumir en estos principios básicos (que no son las Leyes de Mendel):

Cada rasgo heredado se determina por factores (lo que más tarde llamaríamos genes) transmitidos independientemente de otros rasgos.
Cada factor presenta dos versiones (posteriormente alelos), cada una recibida de cada padre.
A pesar de que un factor sea hereditario, no tiene por qué expresarse en el individuo. Ese rasgo "oculto" todavía se puede transmitir a las generaciones sucesivas.

El trabajo fue una proeza: diseñó los experimentos con brillantez, los llevó a cabo con esmero y analizó los resultados con habilidad y perspicacia. Al parecer, su formación en física contribuyó a su éxito porque, a diferencia de otros biólogos de la época, abordó el problema cuantitativamente. Más que la simple observación de guisantes amarillos  verdes daba como resultado algunos amarillos y algunos verdes, lo que hizo fue contarlos y así explicar la frecuencia con que aparecía cada color.

Hace justo 150 años se publicaron los resultados que un año antes este científico tan poco convencional había presentado ante la sociedad local de Historia Natural en dos conferencias [desde este link podéis descargar la publicación traducida al inglés de la obra original de Mendel]. A pesar de enviar copias de su artículo a varios destacados científicos, Mendel se encontró que la comunidad científica hizo caso omiso. Sus esfuerzos por atraer la atención hacia sus resultados fueron en vano ¿A quién le iba a importar los experimentos de un monje en su huerto?

La discreta existencia del Mendel monje-maestro-investigador terminó dando al traste en 1868 cuando, a la muerte de Napp, fue elegido abad del monasterio. Si bien continuó sus investigaciones (cada vez más sobre abejas y el clima), las tareas administrativas suponían una excesiva carga. En 1884, a la edad de sesenta y un años, Mendel falleció por una mezcla de enfermedad renal y cardíaca.

Los resultados de Mendel no solo estaban arrinconados en una humilde revista, sino que hubieran sido ininteligibles para la mayoría de científicos del momento. En realidad estaba muy adelantado para su época, porque combinó el experimento minucioso con un elaborado análisis cuantitativo. No es de extrañar que hasta el año 1900 la comunidad científica no se pusiera a su nivel, cuando tres especialistas en genética vegetal (Hugo de Vries, Carl Correns y Erich von Tschermak), por separado e interesados en problemas similares, redescubrieron el trabajo de Mendel.


Monumento a Mendel en el jardín de la abadía.

La historia de la ciencia encuentra en la herencia mendeliana un hito en la evolución de la Biología solo comparable con las leyes de Newton en el desarrollo de la Física. Los humildes experimentos de Mendel llevaron a la Ciencia a una nueva dimensión, abriendo el camino para explicar nuestras peculiaridades biológicas y aportando las nociones básicas de la Genética moderna. En definitiva, provocó una revolución científica. Por fin el mundo estaba preparado para los guisantes olvidados del monje.

Comentarios

  1. Indudablemente y sin el más mínimo riesgo de equivocarme, la divulgación científica ha encontrado en Jesús Gil (@JGilMuñoz) un gran aliado, yo diría que el aliado perfecto en sus múltiples frentes abiertos. Su verbo fácil, su capacidad de síntesis, su manera fácil de mirar a la ciencia y a la historia cara a cara, nos la hace más cercana y apta para cualquiera que esté algo interesado en estas lides. Este artículo es una muestra más de lo que digo: escrito con criterio, con rigor científico e histórico y con esa forma de hacer tan característica del autor que lo hace distinto a otros muchos. Gracias y adelante Jesús.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La muerte de la generación espontánea

Entre los numerosos interrogantes que los científicos y pensadores se plantearon a lo largo de la Historia, el origen de los organismos que los rodeaban tuvo un papel central. Ante la ausencia de un mecanismo claro que explicara la continua aparición de nuevos animales, muchos se volcaron hacia la llamada generación espontánea, descrita ya por Aristóteles en el siglo IV a.C. y admitida por pensadores como Newton, Bacon o Descartes. Esta teoría sostenía que ciertas formas de vida podían surgir de manera espontánea a partir de materia no viva. Es así como se explicaba que de un trozo de carne descompuesta apareciesen larvas de mosca o ratones de la basura. La idea se mantuvo durante cientos de años. En el s. XVII, el médico holandés Van Helmont publicó "Ortus Medicinae", en el que describía recetas para generar vida (ratones, concretamente). No fue hasta finales del siglo XVII cuando Francesco Redi y, más tarde, Lazzaro Spallanzzani empezaron a rebatir la teoría

Símbolos de elementos químicos que ya nadie usa

Seguramente usted esté familiarizado con los símbolos de los elementos que aparecen en la tabla periódica, los cuales están estandarizados por la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) para un uso internacional. Cuando un científico cree que ha descubierto un elemento nuevo, por lo general, lo anuncia con un nombre y símbolo nuevos. Además, puede que en libros antiguos de texto o revistas de otros países incluyeran elementos que más tarde fueron cambiados de nombre y símbolo una vez que apareció una lista oficial. En la siguiente tabla se presenta una relación de símbolos  y nombres de elementos que cayeron en desuso pero una vez tuvieron un lugar en la Química. Símbolo Elemento Observaciones A Argón Ahora Ar. Ab Alabamina Nombre dado al falso descubrimiento del elemento astato (At). Ad Aldebaranio Nombre antiguo del Iterbio (Yb). Am Alabamio El alabamio es el nombre

La rosa de «La Bella y la Bestia»

L a rosa roja tiene una larga historia. Su simbolismo se ha asociado con el amor y sus diosas Afrodita y Venus, con la Virgen María e incluso con una política progresista, aunque no mucho en los últimos tiempos, al menos en España. Es la rosa más elegida el día de San Valentín, pero una vez cortada, si se cuida bien, dura solo unos pocos de días, muy lejos de los años que se supone que perduró la rosa encantada de “La Bella y la Bestia”.

El Eco científico de "El nombre de la rosa"

S iguiendo en mi línea de escribir al son de mis inquietudes, me gustaría compartir con ustedes algo que se me ha ocurrido en los últimos días. Os cuento: El pasado 19 de febrero falleció el escritor italiano Umberto Eco e inmediatamente mi padre me invitó a leer “El nombre de la rosa”, para muchos, su obra cumbre. Ya había tenido la oportunidad de leerle con “El cementerio de Praga”, el cual me gustó mucho. Quizá porque la historia está ambientada en la segunda mitad del siglo XIX, una época en la que Europa era un hervidero. El protagonista asiste a momentos históricos como la unificación de Italia o el fin del Segundo Imperio Francés y aparecen personajes reales de la talla de Giuseppe Garibaldi, Sigmund Freud o Alejandro Dumas, algo que suele atrapar y ayuda a entender muchas cosas al leer una novela de Historia.

¿Cómo se forman las huellas dactilares?

L as impresiones dejadas por las yemas de los dedos en cualquier superficie se conocen como huellas dactilares latentes. La combinación de sudor con aceites corporales procedente de diferentes glándulas de la piel propicia la impronta que cualquier investigador forense desea encontrar para aplicar sus polvos y productos químicos. A pesar del desarrollo de perfiles de ADN para la investigación criminal, las huellas dactilares siguen siendo el tipo más común de evidencia que se recupera de una escena del crimen.

El fuego como primera arma química

El uso de agentes químicos para hacer daño es de origen tan incierto como incierto es el origen del hombre. Sí podemos afirmar sin temor a equivocarnos que se adentra allá por la noche de los tiempos. Aunque, por situarlo en algún momento, lo haríamos prácticamente al unísono con el descubrimiento y manipulación del fuego. Su posterior dominio fue un punto de inflexión en la evolución cultural humana , pues permitió que los seres humanos proliferaran debido a la incorporación de la absorción de las proteínas y los hidratos de carbono mediante la cocción, la actividad humana en horas nocturnas y la protección ante los depredadores. El fuego supone también una conquista importantísima para el desarrollo de la vida social: en las veladas alrededor de una fogata se reforzaban los lazos familiares y tribales y se estimulaba el intercambio de experiencias y la transmisión del patrimonio cultural del grupo, los prolegómenos de las redes sociales en su estado más primitivo . El

El incienso y la mirra más allá de los Reyes Magos

Automáticamente cuando escuchamos incienso o mirra pensamos en los Reyes Magos, o en la Biblia, donde hay varios pasajes en los que se nombran. Junto con el oro, eran los regalos que dichos Reyes entregaron a Jesús al nacer (Mateo 2:1-12). Quizá hoy en día, no le damos al incienso y a la mirra la valía de antaño. Para civilizaciones antiguas como la egipcia, griega o romana tenían un valor inestimable. No solo se usaban para fines religiosos y espirituales, también para aplicaciones farmacológicas. Probablemente, el uso de incienso y mirra era un signo de prosperidad. Su comercio, durante más de 5.000 años, generó en Oriente Próximo un gran bienestar económico , tal vez comparable al actual con la producción de petróleo. Oro, incienso y mirra. Se cree que babilonios y asirios quemaban incienso y mirra durante las ceremonias religiosas. Los antiguos egipcios compraron barcos cargados de estas resinas a los fenicios, utilizándolas como aromáticos, repelente de insectos, pe

Hundir la Flota Periódica

  ►OBJETIVOS: Aprender a ubicar los elementos de la Tabla Periódica, poniendo en práctica principalmente los conceptos de grupo y período como coordenadas a través del legendario juego “Hundir la flota”.  ►DIRIGIDO A: Alumnado de cualquier curso de la ESO o Bachillerato. ►DESCRIPCIÓN: La actividad consiste en colocar tu propia flota de forma estratégica y tratar de encontrar y hundir la flota enemiga. Cada jugador dispone de dos Tablas Periódicas como cuadrícula que ocultará al otro jugador: en una debes colocar tus barcos y en la otra debes ir anotando los resultados de los disparos que realizas en cada turno. Cada jugador debe colocar en su Tabla Periódica los siguientes barcos en posición horizontal o vertical: 1 barco que ocupe cuatro elementos;  2 barcos que ocupen tres elementos; 3 barcos que ocupen dos elementos; 4 barcos que ocupen un elemento. Los barcos se tienen que colocar de manera que siempre debe haber un elemento en blanco alrededor. Sí pueden colocarse junto a los bord

El origen de la pasteurización

Durante algún tiempo en el siglo XIX, la industria vinícola en Francia sufrió varios reveses, todos relacionados con enfermedades del vino, provocando un grave problema económico en el país. La Facultad de Ciencias de la Universidad de Lille se había creado, en parte, como medio para aplicar la Ciencia a los problemas de las industrias de la región. El primer Decano de esta Facultad fue Louis Pasteur, nombrado en 1854, quien se dedicó de forma inmediata a investigar el caso. El vino es un producto que se obtiene de la fermentación del mosto, un material rico en azúcares (mayoritariamente glucosa y fructosa) procedente de la trituración de la uva. En ese momento se creía que la fermentación era un proceso meramente químico, sin la intervención de algún tipo de microorganismo . Pero Pasteur desmintió esta creencia, de nuevo, con la ayuda del microscopio. Sus investigaciones le llevaron a demostrar que la fermentación es el resultado de la acción de levaduras, que transforman la g

El accidente de Chernóbil contado para escépticos

L a central nuclear de Chernóbil está situada a 110 km al norte de la capital de Ucrania, Kiev, a tan solo 12 km de la frontera con Bielorrusia. Su construcción comenzó durante la década de 1970 y para dar hogar a sus futuros trabajadores y familiares se fundó la ciudad de Prípiat en sus proximidades. Se trataba de uno de los proyectos más prestigiosos de la época. Un intento más de la Unión Soviética de tomar la delantera a su “frío” rival americano en la carrera por dominar la energía nuclear, sería la central nuclear más potente del momento.