Sin olvidar sus numerosas colaboraciones con diversas industrias francesas, la contribución científica más importante de Pasteur, vista desde la perspectiva del tiempo, fue su teoría germinal de las enfermedades infecciosas, demostrada paralelamente por otro gran científico de la época, el alemán Robert Koch (Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1905).
Gracias a esto y al desarrollo exitoso de las primeras vacunas, Pasteur se granjeó un prestigio nacional e internacional que alcanzó cotas jamás logradas por ningún otro científico. La llegada de pacientes venidos desde toda Europa dejó patente que su laboratorio de la calle Ulm se había quedado pequeño. En 1886, Pasteur decidió presentar a la Académie des Sciences un proyecto que contempla la creación de un Instituto cuya finalidad sería, en principio, para tratar a los mordidos por perros rabiosos. Su construcción y mantenimiento sería llevado a cabo por suscripción popular. Pasteur recibió el total apoyo de la Academia y la entusiasta colaboración de toda Francia.
En 1888, el Instituto Pasteur ya era una hermosa realidad. En años posteriores se desarrollaron un gran número de vacunas, permitiendo a la Medicina controlar enfermedades producidas por microorganismos como la difteria, el tétanos, la tuberculosis, la poliomielitis, la gripe o la fiebre amarilla. También fue el primer laboratorio que logró aislar el VIH, el virus que provoca el SIDA.
Pasteur falleció en 1895 como una verdadera institución, dejando una imborrable huella en la historia de la Ciencia. En Francia, muchas calles comenzaron a llevar su nombre. Incluso, el día de su nacimiento es Fiesta Nacional en el país galo. Nos dejó antes de que se instaurasen los Premios Nobel, por lo que esta distinción no llegó a unos de los más grandes científicos de la historia. Pero de los trabajos realizados en el Instituto Pasteur han salido hasta el momento diez galardones en Fisiología o Medicina, que bien podían haber sido todos suyos:
El Instituto Pasteur en París. |
- En 1907 le fue concedido a Alphonse Laveran en reconocimiento de su trabajo relativo al papel desempeñado por los protozoos en el origen de las enfermedades. Sucedió al español Santiago Ramón y Cajal.
- En 1908 le fue concedido a Elie Metchnikoff (compartido con Paul Ehrlich) por sus trabajos sobre la fagocitosis y la inmunidad.
- En 1919 le fue concedido a Jules Bordet por el hallazgo de la capacidad bactericida del suero de la sangre de los mamíferos y por la definición de la ligazón antígeno-anticuerpo para producir inmunidad.
- En 1928 le fue concedido a Charles Nicolle por descubrir que el piojo es el principal transmisor del tifus.
- En 1957 le fue concedido a Daniel Bovet por sus estudios en las sulfonamidas, antihistamínicos, el curare y los alcaloides del cornezuelo del centeno.
- En 1965 le fue concedido a André Lwoff, François Jacob y Jacques Monod por sus descubrimientos sobre las actividades reguladoras en el interior de las células.
- En 2008 le fue concedido a Luc Montagnier y Françoise Barré-Sinoussi por el descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del SIDA.
Por Jesús Gil @JGilMunoz
La co-laureada Françoise Barré-Sinoussi recibiendo el galardón en 2008 de manos del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia. |
Por Jesús Gil @JGilMunoz
FUENTES
- http://www.charliproject.org/partners_pasteur.html
<<< El desarrollo de las vacunas
<<< El desarrollo de las vacunas
Esta entrada forma parte del especial "Louis Pasteur: la vida antes de la vida". Puedes leerlo también en el Nº1 de Journal of Radical Barbatilo directamente desde aquí o descargarlo:
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Se agradece la difusión de este trabajo, gratificante a la par que duro, para que llegue al mayor número de personas y contribuya a la tan necesaria transmisión del conocimiento que muchos hacemos simplemente por amor a la ciencia.
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