A la izquierda, el diseño de la botella en los años 30; A la derecha, el luminoso antes de su retirada. |
La Puerta del Sol desde hace ya muchos meses no es la misma. Falta algo en el ático del número 1 del kilómetro 0. Ese luminoso que varias generaciones de madrileños y turistas han visto: el luminoso de Tío Pepe. Pero no ha ido muy lejos, lo han estado remodelando y está a punto de volver.
Os cuento una historia:
En 1836, un jerezano llamado Manuel María González Ángel se asoció con el londinense Robert Blake Byass fundando la bodega "González-Byass". Ocho años después, el tío del primero (José María Ángel y Vargas), a la sazón, el tío Pepe, creó ese fino pálido y seco que lleva su nombre, siendo la primera marca registrada en España.
El jefe de propaganda de la bodega dibujó esa botellita tan gitana que todos conocemos y se convirtió en el emblema de la bodega. Con motivo del centenario de su centenario, la bodega colocó en la Puerta del Sol por 795 pesetas el luminoso para vigilar los tejados de Madrid y disfrutar de las campanadas de fin de año.
Sin embargo, originalmente, el símbolo no era exactamente como el que todos conocemos. Sombrero cordobés ladeado, chalequito torero y brazos en jarra con más arte que el curriculum de Goya. El icono primitivo tenía un brazo, en concreto el derecho, en alto, cual si estuviera bailando.
Pues cuenta la leyenda que tras las elecciones de febrero de 1936 (lás últimas de la II República), en la cual salió victorioso el Frente Popular, el gobierno de Azaña pidió a a bodega que rediseñara el icono porque podía resultar ofensivo y desatar una polémica. De ahí el aspecto actual.
Ha vencido a dos alcaldes: Arias Navarro en los sesenta ordenó retirar todos los luminosos de la plaza, pero González Byass desechó la idea por el alto coste que suponía; también lo intentó Tierno Galván en 1985, sin embargo, la mayoría de madrileños a través de una encuesta se pronunció en favor de mantenerlo.
Superviviente de la Guerra Civil, transiciones, n-Ms y demás pasos de hojas de la Historia madrileña, y por ende de España, Tío Pepe, a sus 77 añitos es más madrileño que el mismo kilómetro 0, que lleva en Sol sólo desde 1950; que el oso y el madroño (1967); la estatua de Carlos III (1994) y la Mariblanca (que volvió en 2009, aunque ya estuvo mucho antes).
Muy oportuno, como siempre. Tienes el don de capturar y difundir lo instantáneo como nadie. Tu agudeza es semejante al obturador de las mejores cámaras fotográficas. Este artículo como los vinos añejos tiene un sabor especial. Tiene tu sabor. Gracias, siempre es un placer leerte
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