«Mientras
la penumbra y la sombra se intensificaban detrás de él, en el lugar donde se
habían condensado de forma tan lóbrega, estas adoptaron paulatinamente —o de
ellas surgió, por efecto de algún proceso irreal e insustancial, imperceptible
para ningún sentido humano— ¡una espantosa imagen de sí mismo! Lívida y fría,
incolora en su cara y sus manos plúmbeas, pero con sus rasgos y sus brillantes
ojos, y su cabello entrecano, y ataviado con la lúgubre sombra de su atavío,
adoptó su terrible apariencia de vida, inmóvil y sin emitir el menor sonido».
Así
es como Charles Dickens describió la aparición del primer fantasma en “El
hechizado”, el quinto y último de sus cuentos navideños. ¿Y a quién se aparece
este espectro? Al Sr. Redlaw, «un hombre versado en química […] en una noche de
invierno, solo, rodeado de sus preparados, su instrumental y sus libros». No
faltaron alusiones a la química en las obras del novelista inglés, de hecho, se
dice que se inspiró en Michael Faraday para crear al Sr. Redlaw.
El protagonista de "El hechizado de Dickens", el Sr. Redlaw, era químico (Fuente). |
El
cuento fue escrito y publicado en 1848, en plena época victoriana, una época en
la que la Navidad se había reinventado, convirtiéndose en un festival popular
acorde a los nuevos tiempos. Aparecieron nuevas costumbres, como los árboles de
Navidad o las tarjetas de felicitación, mientras que poetas y anticuarios
mantenían viva la llama nostálgica por las viejas tradiciones navideñas. También
la ciencia estaba alcanzando unos niveles de popularidad sin precedentes, por
lo que las dos culturas, no solo se solaparon, sino que se abrazaron, y
encontraron su máxima expresión en las famosas conferencias navideñas de la
Royal Institution de Londres, con el gran Faraday y “su vela” a la cabeza.
Otra
cita que tenían los londinenses en Navidad tenía lugar en la Royal Polytechnic Institution. El químico John
Henry Pepper convertía las instalaciones de lo que hoy es la Universidad de
Westminster en una especie de país de las maravillas, exhibiendo las máquinas e
inventos más impresionantes de la época y atestando los jardines con árboles de
Navidad de gran tamaño. Cada año se superaba.
Pepper
era muy dado a las demostraciones científicas públicas. Hacía que fenómenos físicos
y químicos fueran visibles y, por lo tanto, accesibles a la gente. Sus
intereses andaban a medio camino entre la ciencia de laboratorio y el espectáculo
teatral. Publicó pocos artículos y no hizo grandes descubrimientos, pero
contribuyó sobremanera a mejorar la percepción de la ciencia en un momento
histórico crucial.
Los
experimentos de Pepper procedían de fuentes autorizadas, que incluían trabajos
de los reputados químicos Michael Faraday o William Brande. Pepper iba más allá
y hacía demostraciones no solo visibles, sino también espectaculares y
monumentales. En alguna ocasión, exhibiendo los experimentos de inducción
electromagnética de Faraday, provocó una chispa de casi un metro de largo.
La
demostración escénica más famosa de Pepper tuvo lugar en la Nochebuena de 1862.
Quiso superarse y satisfacer el gusto victoriano con una dosis de magia y
entretenimiento gótico. Para ello llevó a cabo una adaptación de “El hechizado”
de Dickens y, claro, al Sr. Redlaw se le debían aparecer fantasmas. Pero a Pepper
nada se le resistía y logró proyectar figuras espectrales, que incluso interactuaban con los actores
sobre el escenario, con un realismo inusitado.
Representación del fantasma de Pepper (Fuente). |
La
técnica de ilusionismo, conocida todavía hoy como “el fantasma de Pepper”, está
basada en principios ópticos y consistía originalmente en colocar una gran hoja
de vidrio en el escenario en un ángulo de 45º en la línea de visión del
público. El actor que hacía de fantasma se encontraba bajo el escenario
iluminado intensamente por un foco de luz. Una pequeña parte de la luz
reflejada por el actor llegaba a la hoja de vidrio y ésta a su vez reflejaba
sobre el escenario una imagen fantasmagórica, que era lo que veía el público.
Con
sus virtuosas demostraciones, Pepper exploró una infinidad de fenómenos
científicos que atrajo a una gran cantidad de público durante las Navidades. Era
una época en que Ciencia y Navidad iban de la mano. Y es que hacer feliz a la
gente mediante la ciencia cuesta muy poco.
FUENTES
·Pepper, J. H. (2012). True History of the Ghost: And All about Metempsychosis. Cambridge University Press.
·Secord, J. A. (2002). Quick and magical shaper of science. Science, 297(5587), 1648-1649.
·Secord, J. A. (2002). Quick and magical shaper of science. Science, 297(5587), 1648-1649.
Este post participa en el LXV Carnaval de Química, edición Terbio, albergado en el blog amigo QuimidicesNews.
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